Cambiar la mirada para cambiar la realidad

Me ha costado más de un mes mirar esta foto y verla de verdad. La primera vez solo llegué a ver enfermedad, un cuerpo empezando a estar afectado por la medicación y un estándar de belleza que no se cumplía. Juicio por todas partes. Juicio de mí hacia mí. Pero también hacia mi hija, hacia mi vida, que es la suya. No puedo imaginarme una imagen que represente mucho mejor nuestra realidad actual. Enfermedad sí, pero vida también. Caos de un día a día frenético, pero calma interna y confianza en que todo está bien. Valores y conocimientos transmitiendo y compartiéndose en familia.

En un primer (ni segundo ni tercer…) instante no puedo ver todo esto porque lo primero que aparece es el juicio. De no ser suficiente, de no querer aceptar del todo la situación.

Hoy me pregunto: si la de la foto no hubiera sido yo, qué hubiera visto en un primer instante?

Observando, aceptando y sintiendo, en vez de mirando, cada vez estoy más en paz con la foto. He cambiado mi mirada y va cambiando mi percepción de la realidad. Lo que creo que es mi vida, o como creo que es se basa en percepciones y miradas. Puedo cambiar la mirada, para cambiar la percepción, para cambiar mi vida.

Ahora, llego a ver la calma del caos. El amor por encima del miedo. El día a día en un momento único e irrepetible. El amor de una familia.

Si algo quiero transmitir a mi hija, es justo esto: si no ves la belleza de algo, mira otra vez. Si no ves la belleza de alguien, mira otra vez. Si no ves tu belleza, mira otra vez. Si no ves la belleza de la vida, mira otra vez.

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